El típico chaqueteo
Que hermoso es ver como el mundo futbolero crea sus ídolos y los enaltece para crear modelos a seguir, sin embargo y al contrario de lo que pasa en el resto del mundo, en Chile NO SABEMOS TENER ÍDOLOS.
Basta mirar como en Argentina TODOS idolatran a Maradona, sin importar el club de donde sean. Para ellos es simplemente el "Diego de la Gente" y el hombre con el que lograron tocar el cielo. En Brasil no hay quien se refiera de mala manera al gran Pelé y ni hablar de quienes puedan esbozar improperios en contra de Garrincha o del mismísimo Ronaldinho Gaucho. Si hacemos un recorrido por el Viejo Mundo, nos encontramos con figuras transformadas a ídolos como Raúl en España, Toti en Italia y hasta el calvo y tronco volante Thomas Gravesen en Dinamarca. Todos ellos y muchos más son venerados por quienes aman el deporte rey y buscan identificarse con el buen juego y la calidad humana de los deportistas.
Sin embargo, en Chile siempre todo marcha al revés. NO SABEMOS TENER ÍDOLOS. Sólo los tenemos cuando nos conviene o cuando están en la cima de la montaña. Si recordamos las eliminatorias para Francia 98, podrían decirme quién no vibró con las jugadas y los goles de la dupla ZA-SA?, quién no hizo estallar sus gargantas alentando al sólido portero Nelson Tapia o gozaba con la línea defensiva que protagonizaban Pedro Reyes y Javier Margas?. Y para qué hablar de la magia entregada en el medio campo con el Coto y Estay, y la garra para destruir el fútbol rival de Clarence Acuña y Nelson Parraguez.
Hoy vemos como todo pasan al olvido, que frágil es la memoria de algunos o quizás de la mayoría de los futboleros chilenos. Más allá de mantenerlos en nuestras mentes como GRANDES, hoy vemos como la Garra Blanca se mofa a diario de Marcelo Salas y los mismo hacen Los de Abajo con Iván Zamorano. Al olvido pasaron Margas, Parraguez y Tapia y constantemente se critica el juego y la edad de Sierra, Acuña, Estay y Reyes.
Los invito a ser más patriotas y a tener siempre los pantalones bien puestos, porque recordemos que si bien cometieron muchos errores, todos fuimos parte de la alegría de estar en un mundial haciéndo brotar incluso lágrimas cada vez que vimos a nuestros 11 guerreros pisar el césped francés, alegría que quizás no volvamos a tener si la nueva generación de peloteros continúa farandulizándose y dejando de lado lo más preciado... ganar y entregarle felicidad a todo un pueblo.
2 Comments:
Si, lo mismo va para los vialinos que no le agradecen nada al Dany Henríquez y toda la entrega que da en la cancha. Ahora, si el jetón fuera más generoso y se rajara más seguido con uno que otro golcito, de seguro que le llegan los aplausos.
Y si les queda tiempo, pero sólo si les queda, podían darle un aplauso a Jonathan Cea también. Más que sea por levantarle la moral.
Qué triste resulta entender que nuestros ídolos sólo forman parte de una alegría pasajera, de un momento de éxtasis al que nos conducen estos gladiadores.Nadie recuerda ya todo lo que celebramos , cantamos y saltamos con Tapia, Rozental o Ariel Salas en el mundial juvenil del 93. Más reciente, parece que un mañ fin de semana de Salas jugando por la U borrara de la memoria colectiva el mundial del 98 cuando con anotaciones del matador Chile hubiese vencido a Italia en el partido inagural de no ser por la actuación del árbitro Bocherdeou. En fin, para los chilenos, al parecer, los ídolos sirven sólo cuando entregan alegría instantánea, pero no para mantenerlos, como el resto de los países, en la memoria colectiva de la nación
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